domingo, 7 de junio de 2015

Sed de Venganza



Hace cientos de años, en la isla de Célula, habitaban dos especies, los Turgencia, que eran crueles y egoístas vándalos que siempre le robaban cosas a las otras especies, especialmente a la otra especie Plasmólisis, las cuales acumulaban agua para su subsistencia pero cada un mes, los turgentes invadían y les arrebataban sus reservas de agua.

-Hola nuevamente...inútiles criaturas. Ya saben a qué venimos, denos todo, sino sufrirán las consecuencias.-Dijo el líder de los turgentes mientras desenfundaba su pistola anti oxigenante.

-Les daremos algo de lo nuestro pero no todo, ya estamos cansados de servirles, protestaremos hasta recuperar lo que nos pertenece,si no nos devuelven lo más mínimo, nunca más volverán a ver nuestra agua.-Exclamó el jefe de los plasmoides.

-Aaaal pareceeeer quieren acudir a los malos métodos.¿Cierto?- Sarcásticamente preguntó el líder de los turgentes mientras apuntaba su arma a un plasmoide.

-No, no, por favor podemos darles algo pero no mates a nadie- Suplicó el jefe plasmoide.

-Ustedes se lo buscaron

Sin tomarse ni un momento para respirar, el tangente le perforó el estómago de un tiro al plasmoide que tenía en frente salpicando sangre y tripas por todos lados, luego se le paro al lado y le voló la cabeza.

-Impactado el jefe plasmoide susurro - Esto es guerra

Sangre fue derramada, la desgracia se apoderó de la isla durante años, ambas especies fueron reduciendo sus números poco a poco hasta que solo un espécimen de cada bando quedaba en pie, pero en su camino a asesinar el uno al otro, el plasmoide se detuvo y comenzó a gritar y a pedirle al tangente que se detenga, en un último acto de generosidad este se detuvo.

-(Plasmoide)- ¿Has pensado en que sera de ti si me matas?

-(Tangente)-Pues el más fuerte.

- Tu crees, antes de esto ustedes subsistían gracias a nosotros

- ¿Qué inventas?

- "Su" agua era en realidad nuestra agua.

- ¿Estás tratando de convencerme de que no te mate?

- Me mates o no, ninguno sobrevivirá en estas condiciones, en este lugar, sin ayuda.

- Ya no me importa mi futuro, cumplire con la misión que me fue dada.



De un corte seco y preciso, el tangente le cortó el cuello al plasmoide, decapitandolo. La sangre fluía por los secos brazos de un río mientras el tangente se errantemente se marchaba. La guerra había acabado con todas las otras especies, sean plantas o animales, con todo techo y fundamentalmente el agua, la isla entera fue muriendo, matando a los muertos y a los vivos hasta siempre.

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